Intervenciones Parlamentarias de Jorge Fernández

miércoles, 25 de mayo de 2011

Pleno del Congreso de los Diputados, 24 de mayo de 2011

MOCIÓN CONSECUENCIA DE INTERPELA­CIÓN URGENTE DEL GRUPO PARLAMENTARIO DE ESQUE­RRA REPUBLICANA-IZQUIERDA UNIDA­ INICIATIVA PER CATALUNYA VERDS, SOBRE LAS ACTUACIONES DEL GOBIERNO ESPAÑOL PARA REPARAR CON JUSTICIA A TODAS LAS VÍCTIMAS DE LA DICTA­DURA Y LA TRANSICIÓN.

La señora VICEPRESIDENTA (Cunillera i Mestres):
Para defender las enmiendas del Grupo Parlamentario Popular tiene la palabra el señor Fernández Díaz.

El señor FERNÁNDEZ DÍAZ: Muchas gracias, señora presidenta.

Señor Tardà, pensaba que, después de la efervescencia electoral, hoy estaríamos más sosegados y se defenderían iniciativas totalmente legítimas, pero con un poco más de serenidad. Conste que se lo decía a las filas del Gobierno, y lo digo para que vea que no hablo desde una posición partidista. Menos mal que todo lo que ha dicho de asesinados por la Guardia Civil y demás lo ha dicho en nombre de la fraternidad y la reconciliación.

Mi grupo parlamentario ha presentado una enmienda en relación con el primer punto de su moción, donde dice: para que se modifique la norma que desarrolla Ley de Memoria Histórica en lo relativo a las indemnizaciones y se permita que las perciban también quienes han pertenecido a bandas o grupos armados con anterioridad al año 1977. Soy diputado por Barcelona y usted es catalán, Joan Tardà, y sabe muy bien de qué hablamos.

Recuerdo el asesinato del señor Bultó y del señor Tarragona por Terra Lliure en Barcelona en el año 1976, donde les pusieron unos artefactos explosivos de una manera cruel e inhumana —absolutamente cruel e inhumana—, porque además los dejaron, como usted sabe, con los dispositivos de explosión retardados para garantizar su huida y dejarles a ellos durante esos minutos, sabiendo que momentos después sus cuerpos iban a estallar. Así murieron asesinados los señores Bultó y Tarragona. Y usted pone el acento en los miembros de Terra Lliure que cometieron esos asesinatos, cuando usted plantea esta moción, en los términos literales en que ha planteado su iniciativa, y lo hace en nombre de la fraternidad y la reconciliación.

Este debate lo tuvimos usted, yo y los demás ponentes durante la discusión de la Ley de Memoria Histórica. Nosotros apoyamos al Gobierno, evidentemente entonces y le vamos a seguir apoyando, para que nunca en casos como este, ni en otros que podrían incluirse en estas características, este Congreso de los Diputados pudiera aprobar el escarnio que significaría que a las personas que cometieron esos atentados, esos terribles asesinatos, encima el Estado les considere como dignos de ser receptores de indemnizaciones. Explíquele usted a la sociedad española, que está sufriendo los recortes sociales que está padeciendo en estos momentos, que entre sus prioridades está que el gasto público se destine a homenajear, a honrar y, en definitiva, a pagar a los que cometieron, entre otros, aquellos asesinatos. Aunque me atrevo a pensar que evidentemente usted no aprueba, no ya esos actos, que por supuesto, sé que me va a decir que en el ámbito de aplicación que ustedes plantean no iría eso incluido, le tengo que decir, señor Tardà, que en la literalidad de lo que ustedes dicen sí va incluido. He citado esos casos de los señores Bultó y Tarragona, de Terra Lliure, porque se cometieron en Barcelona, y usted, señor Tardà, es diputado por Barcelona y, por tanto, conoce especialmente bien de lo que estoy hablando. No hagamos según qué tipo de discursos, porque seguramente si la opinión pública los conoce adecuadamente, van a tener que explicarlos con la cara colorada.

En cuanto a lo demás, señora presidenta, señor Tardà, como se habla otra vez del Valle de los Caídos y de la exhumación, en su caso, de los restos de personas allí enterradas, quiero hacer una declaración de principios en nombre de mi grupo parlamentario, que consta en el primer punto de la enmienda. Por supuesto, apoyamos sin ningún tipo de reservas el derecho —y fíjese en cómo lo voy a calificar— sagrado de cualquier persona a localizar, exhumar y tener a su disposición los restos de sus seres queridos —eso nos parece incuestionable—, y solo me permito añadir una cosa, siempre que sea humana y técnicamente posible y que se haga en el marco de la ley. Por lo que se refiere al Valle de los Caídos, el marco de la ley, la Ley de Memoria Histórica nos remite, como usted sabe, en el artículo 16 a la normativa general aplicable sobre cementerios públicos y lugares de culto.

Por tanto, le guste o no, la Ley de Memoria Histórica nos refiere a la Constitución, que en su artículo 148.1.21.ª establece que las comunidades autónomas —en este caso, la Comunidad Autónoma de Madrid, en cuyo territorio radica el Valle de los Caídos— tienen competencia sobre sanidad mortuoria. Hay una normativa que desarrolla esa competencia constitucional por parte de la comunidad autónoma y también el ayuntamiento, en este caso el de San Lorenzo de El Escorial, tiene competencias.
Por tanto, que eso se tenga presente porque a veces se olvida.

Y que también se tenga presente en cuanto a la publicidad de los datos que la Ley de Protección de Datos artículo 8 de la Directiva 95/46 de la Comunidad Europea es muy tajante respecto a la necesidad de no objeto de tratamiento los datos que revelen la ideología, religión y las creencias, que están especialísimamente protegidas además por doctrina constitucional española. Por tanto, ¡ojo! con la publicidad de esos datos, puesto que nos encontramos en un Estado de derecho, con una ley y con un ordenamiento jurídico que establecen claras líneas rojas a esos efectos.

Muchas gracias, señora presidenta. (Aplausos.)

jueves, 5 de mayo de 2011

Pleno del Congreso de los Diputados, 3 de mayo de 2011

MOCIÓN CONSECUENCIA DE INTERPELA­CIÓN URGENTE DEL GRUPO PARLAMENTARIO DE ESQUE­RRA REPUBLICANA-IZQUIERDA UNIDA­ INICIATIVA PER CATALUNYA VERDS, SOBRE EL 80 ANIVERSARIO DE LA PRO­CLAMACIÓN DE LA II REPÚBLICA ESPA­ÑOLA.


La señora VICEPRESIDENTA (Cunillera i Mestres):
Muchas gracias, señor Llamazares.
A esta moción se han presentado enmiendas por parte
de dos grupos. Para defender, en primer lugar, las del
Grupo Popular tiene la palabra el señor Fernández Díaz.

El señor FERNÁNDEZ DÍAZ: Gracias, señora presidenta.
Señorías, hemos presentado una enmienda de modificación
que pretende sustituir el texto de la moción
presentada y ahora defendida por el grupo parlamentario
al que pertenece el señor Llamazares. Si me permiten, y
habiendo escuchado con atención al señor Llamazares,
quisiera hacer una consideración previa. No es conveniente
en la vida en general ni en la vida política en
particular confundir los deseos con la realidad. Comprendo
perfectamente, y es legítimo, faltaría más, que él
tenga la visión idílica que tiene de la II República, pero
otra cosa es que nos obligue al conjunto de los españoles
a compartir sus deseos. Creo que decir que el antecedente
de la Constitución de 1978 es la Constitución de
la II República, salvo que nos estemos refiriendo meramente
a aspectos cronológicos, que no creo que sea el
caso, es un insulto triple, al rigor y la verdad histórica,
a la inteligencia y a los constituyentes de 1978. Los
constituyentes de 1978, como muy bien sabe el señor
Llamazares, entre otras cosas, tuvieron tan presente la
experiencia de la II República y a lo que llevó la II
República que pretendieron evitar que se volvieran a dar
las causas que llevaron a ese trágico desenlace, nada
menos que de una guerra civil. Por eso, frente a lo que
fue el contenido material de la Constitución de la II
República y el procedimiento de su elaboración y partiendo
de la base de que por supuesto tenía cosas buenas
—claro que sí, es que es imposible, aunque lo pretendas,
hacerlo todo bien o todo mal, evidentemente las obras
humanas son manifiestamente perfectibles y claro que
había cosas buenas en la Constitución de la II República—,
el balance fue desolador. Fue una Constitución
sectaria que se hizo sin consenso y para una parte de la
sociedad española. Tan es así que poco después de su
aprobación ya una serie de ciudadanos españoles tuvieron
que exiliarse porque la Constitución les obligaba a ello,
por motivos religiosos en aquel caso. Después, en la vida
corta de la Constitución de la II República tuvimos hasta
un golpe de Estado en el año 1934 y hasta el asesinato
del jefe de la oposición, no por un grupo terrorista sino
por la policía de la república, yendo a buscarle a su casa
y asesinándole por el camino. Por tanto, dejemos las
cosas, que a estas alturas de la vida, señor Llamazares,
afortunadamente sobre la guerra civil existe numerosísima
bibliografía. Se ha escrito y se seguirá escribiendo
muchísimo y la sociedad española, que es plural ideológicamente,
tiene opiniones diversas, pero no nos pretenda
usted imponer la suya al conjunto de la Cámara a
estas alturas de la vida. Por eso decía que es un insulto
a la inteligencia y al rigor y a la verdad histórica, por
supuesto. Todo lo contrario de lo que fue el contenido
material, porque la forma política del Estado es la monarquía
parlamentaria, que no creo que se parezca mucho
a una república, ni siquiera a una república coronada,
que no es el caso.
En cuanto al procedimiento de elaboración, como
digo, la Constitución de 1978 fue la Constitución del
consenso, la Constitución de la reconciliación, la Constitución
de la concordia, nada que ver con lo que fue la
Constitución de la II República, así de claro. Por tanto,
está claro lo que nosotros opinamos, y creo que eso es
lo que opina una inmensa mayoría de españoles que en
estos momentos no cuestionan para nada la monarquía
parlamentaria y la Constitución de 1978. En general
está bastante extendido un juicio crítico histórico sobre
lo que fue la II República como una gran ocasión perdida,
no como algo que haya que conmemorar y algo
de lo que nos tengamos que enorgullecer, por supuesto,
no solo por culpa de unos, seguramente por culpa de
todos, pero el resultado fue el que fue. Hay pueblos a
los que les encanta conmemorar derrotas y guerras
civiles. No creo que sea el caso del nuestro. De cualquier
modo nuestro grupo considera que no es eso lo
que nos conviene.
En relación con la referencia que ha hecho al Valle de
los Caídos, solo quiero recordarle apelando a su sentido
democrático, que esta Cámara debatió y votó la Ley de
la Memoria Histórica y debatió y votó el artículo 16. Y,
salvo ustedes, lo votó prácticamente el resto de la
Cámara. Usted tiene derecho a tener la opinión que tiene
en particular sobre el Valle de los Caídos, pero no hable
en nombre del pueblo español, porque el 95 por ciento
del pueblo español se manifestó en esta Cámara votando
en los términos que establece el artículo 16 de la Ley de
la Memoria Histórica, que no tiene nada que ver con lo
que usted ha dicho aquí. Nosotros queremos ir hacia
adelante. En ese sentido va nuestra enmienda. Le queremos
recordar, nosotros que no votamos el artículo 20
de la Ley de la Memoria Histórica que crea el Centro
Documental de la Memoria Histórica, que si se pretende
profundizar en la investigación de la guerra civil, de la
transición, del exilio y del franquismo, esos son objetivos
concretos y específicos que el artículo 20.2. c) de la Ley
de la Memoria Histórica, que crea el Centro Documental
de la Memoria Histórica, establece como propios. Y la
disposición adicional sexta, que nosotros no votamos
porque nos parece que es una contradicción in terminis
con el artículo 16, y por eso hubo que añadir esa cláusula
de estilo al final —no un sin perjuicio, sino con plena
sujeción a lo establecido en el artículo 16— de que el
pacto que hicimos en la pasada legislatura, del que usted
no participó porque se autoexcluyó, indicaba que era un
centro de culto, cementerio público, y que la política
quedaba extramuros del Valle de los Caídos. Ahí hay
base si hay buena voluntad para avanzar en la reconciliación,
pero con actitudes y con iniciativas como la de
usted, señor Llamazares, lo siento, a nosotros no nos va
a tener a su lado, nos va a tener, pacífica y democráticamente,
enfrente.
Muchas gracias. (Aplausos.—El señor Gómez
Darmendrail: ¡Muy bien!)

La señora VICEPRESIDENTA (Cunillera i Mestres):
Muchas gracias, señor Fernández Díaz.